La ropa de segunda mano siempre ha sido sinónimo de complejos y vergüenza desde nuestra infancia, complejo por usar la ropa que dejaron los demás. Lograr un producto de primera mano era un privilegio.
Y ya de adulto es un asunto de ego!!!
En las primeras etapas de mi vida, crecí reciclando, era un ritual familiar y me fascinaban desde entonces. Ansiaba las fechas específicas que por costumbre nos llegaban los vestuarios de las primas, las tías y amigas. Lo apreciaba más que nada.
Ya adolescentes, otros tiempos, otras circunstancias, nos llegaban con sellos y perfumadas desde el norte, pero desde entonces recuerdo ser tan ligera con ceder incluso sin uso cualquier pieza que a simple vista te gustara.
No tenía el mismo apego, el mismo anhelo, no podría siquiera comparar.
Ya de adulta, tengo un apego con el estilo vintage, suelo vestir estilos clásicos, conservadores con toques joviales y de cuando en vez a la vanguardia. He venido creando una imagen de buen gusto y elegancia. Dicho constantemente por los que me siguen y rodean.
Soy consciente de las estrategias del consumismo, nos adiestran a cambiar el armario cada temporada, nos educaron estrenando atuendos cada fecha especial.
Recuerdo a mi prima popi que solía tener cientos de piezas desde Europa con sellos en perchas. Costándole ligeros esfuerzos cederlas. Se le pasaban las temporadas sin uso, pues ya no eran de sus gustos y a las demás no les quedaban. El ego de mi prima no le permitía improvisar un bazar. Se le devaluaban sin usar.
Uno de los bazares de este tipo más importantes que hay en el mundo es el Gran Bazar de Estambul, sito en dicha ciudad de Turquía.
Mi primer empleo fue en la etapa de mi infancia, (empleo infantil), fue en una fábrica de ropas de damas, desde entonces tengo gustos peculiares, elegantes, casuales, y por obvias preferencias, a la medida.
Ya en la era de compras en línea, he edificado hábitos por más de una década, eligiendo mis atuendos de manera remota y precisa.
No soy de gustos por diseños, marcas o precios, puedo optar por atuendos de 300 como de 30 incluso menos, hablando en US$
Y esto me lleva a compartirles una anécdota que me compartieron y fue muy gracioso escuchar los detalles.
Dos elegantes damas funcionarias de la élite coincidieron en espacio y tiempo, ambas llevaban la misma marca, color y modelo de cartera, con una curiosa y muy significante diferencia de ceros en la cifra de los precios. Mismo estilo, misma elegancia.
El chiste está en que podríamos estar hablando de posiblemente 3,000 pesos a 3,000 dólares, la diferencia está en la posición jerárquica de quien la lleva.
La ropa de segunda mano es de mis favoritas
No lo hubiera expresado mejor que fashionunited.co
que dice...
Hace 20 años, vestir ropa de segunda mano estaba “mal visto” sin embargo, hoy cada vez más es considerado una tendencia “cool” y “green” que conlleva una gran responsabilidad para con el medioambiente, ya que, cada prenda que se compra de segunda mano significa alargar el ciclo de vida de prendas de ropa que de otra manera hubieran terminado siendo desechadas.
Por otra parte, hay tiendas conocidas mundialmente como el Green Flea en Nueva York o el mercado de segunda en Nothing Hill en Londres, lugares que también ofrecen mucha variedad. Finalmente también hay tiendas a través de la web que prestan sus servicios de venta de segunda como Segundamano.es, Etsy.com, Ebay.es y muchas más.
Sea como sea, adquirir prendas usadas es ahora más fácil que nunca y con ello se consigue ayudar de manera efectiva a reducir el impacto negativo medioambiental que causa la industria de la ropa.
Y aunque es cierto que, lo ideal sería comprar prendas nuevas y cien por cien sostenibles apostando de lleno como consumidores por un cambio directo en la industria de la moda, si no es posible adquirir estas prendas, la segunda mano es una solución intermedia que supone la mejor opción para iniciar un camino real hacia un más consumo responsable y sostenible.
LOS RIESGOS.
Por cuestión de lógica y sentido común, debemos considerar las piezas y condiciones de las mismas.
clikisalud.net lo explica muy breve en su artículo respecto a los riesgos.
Por lo que, si bien es cierto que he adoptado esta práctica desde de vivo en la frontera por no priorizar tiempo y gestión estando en la ciudad o capital.
Desde que tomo mis café con mi querida y admirada amiga Lila, socializamos visualmente su sueño y proyecto que se convirtió en una idea de negocio concretada, una practica comercial muy común en la zona, pero con sus valores agregados que la diferencian.
He obtenido más de 200 piezas a la fecha, mismas que van y vienen por mi ligereza en cederlas ya sean sobrinas, amigas incluso desconocidas.
Greenpeace incide en que se fabrican más de 100.000 millones de prendas cada año y el 40% de ellas carecen de uso, una cifra preocupante. Según explica la fundación Ellen MacArthur, se pierden alrededor de 500.000 millones de dólares al año por culpa de la subutilización de la ropa y la ausencia de reciclaje de la misma.
Basta con un sondeo virtual sobre la sombra del tema para crear hábitos y conciencia.
Por años ya practicamos el hábito de comprar decenas de piezas específicas para fines de donación. Especialmente camisetas para niños y adultos.
Finalmente queridos amigos.
La lección.
No siempre es una cuestión de necesidad o de gustos, ya es una cuestión de conciencia y subsistencia medioambiental. A la vez que apoyamos a los que dedican su valioso tiempo a esta práctica, que normalmente es su manera de emprender y sobrevivir.
Y por ultimo, pero no menos importante, cada imagen que viste en este artículo, fueron atuendos de segunda mano, todas de la tienda de Lila antes de tener su tienda física.
Dale pa'rriba y repasa!!! :-)
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